Diario de a bordo Sitges 2021: día 1

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7 de octubre 2021, día 1

Cuando uno espera una fecha con ansia parece que los días pasen más despacio y que esa fecha nunca llega. Quizás este último año con toda la problemática ocasionada por la pandemia también haya hecho que esa espera haya parecido más larga si cabe. Pero, ¡Por fin podemos decir que estamos en Sitges!

La villa de Sitges es especial en sí misma. Sus calles, sus playas y su ambiente en general. Pero si a eso le sumamos esta fiesta del séptimo arte, Sitges se convierte en el lugar más increíble y lo más parecido al paraíso que los aficionados podemos imaginar.

Reencontrarse con personas a las que no sueles ver pero que sienten por el cine fantástico y de genero lo mismo que tú. Respirar esa sensación de estar con personas que comparten nuestra pasión y con las que podrías pasar horas conversando.

¡Aquí empieza nuestro diario de abordo! Un repaso más informal de aquello que hacemos, vemos y sentimos mientras estamos aquí. ¿Nos acompañáis?


7 de octubre 2021, día 1

No os vamos a engañar, llegamos el miércoles por la tarde y ya nos dimos nuestro primer paseo por el hotel Melià y recogimos nuestras acreditaciones. Queríamos estar preparados para empezar el primer día por todo lo alto y que nada se nos quedara atrás. Dicen que más vale ser previsores.

Hunter Hunter, de Shawn Linden

El primer día empezaba temprano, con la primera sesión en el Retiro. La película: “Hunter Hunter”, una coporducción canadiense-estadounidense escrita y dirigida por Shawn Linden. Un slow burn en modo survival que construye su misterio con potentísimo pulso. Gestiona, además, muy bien sus lugares comunes sin caer en la redundancia y convierte en desgarrador su mensaje ecologista. Había ganas de sentir ese espíritu festivalero y, aunque fuera el primer pase a las diez de la mañana, el ambiente estaba caldeado con el público aplaudiendo al aparecer por primera vez este año el logo de Sitges en pantalla. También despertó pasión el desenlace de la película, el más liberador del metraje.

Sin prisa, pero sin pausa nos encontramos de camino al Auditori. Hicimos un alto en el camino para un típico desayuno en Can Xavi parada obligatoria para que los asiduos reposten durante el festival.

Mona Lisa and the Blood Moon, de Ana Lily Amirpour

La primera cola del Auditori la verdad es que pone los pelos de punta. Es ese el momento en el que de verdad te das cuenta que sí que el festival ha arrancado. Y que, por suerte, estamos aquí para vivirlo. Momento de reencuentros, apretones de manos y codos, intercambio de horarios y ver en que sesiones vamos a coincidir con los demás compañeros.

“Mona Lisa and de Blood Moon” fue la primera película que vimos en el Auditori además de ser la que oficialmente inauguró la edición 2021.  Una producción americana escrita y dirigida por Ana Lily Amirpour, a la cual ya conocemos en Sitges gracias a sus anteriores trabajos: “The Bad Batch” (2016) y “A Girl Walks Home Alone at Night” (2014). En esta ocasión Amirpour nos cuenta la historia de Lisa Lee, una chica que escapa de un centro de enfermos mentales en el que lleva ingresada media vida. Lisa posee unas inusuales habilidades, mediante las cuales aprende a conseguir sus propósitos. Lee hará todo lo que este en su mano para no regresar al centro y poder vivir su vida.

La primera parte de la película que te envuelve y te mete en su mundo, pero a partir del segundo acto se hace cuesta arriba con la introducción de un drama demasiado reconocible y anodino. Sea como fuere, se trata de un hito necesario, ya que Mona Lisa and the Blood Moon es que es la primera película dirigida por una mujer en inaugurar el certamen.

Titane, de Julia Ducournau

Salimos del Auditori nada más saltar los créditos, pues tenemos que volver a hacer cola para entrar de nuevo a la misma sala. Nos toca ver una de las películas más esperadas de este año: Titane. Dirigida por Julia Ducournau, la pelicula constituye una sorpresa constante puesto que es imposible anteponerse a lo que uno va a ver. Una vez vista, no nos sorprende que el festival de Cannes le otorgara la palma de oro a la mejor dirección. Docournau ya nos sorprendió con “Crudo” (2016) que presento también en Sitges. Parece ser que su fuerte es el body horror, pues esta vez vuelve a usar el cuerpo humano no solo para hacer estremecer al público sino como toda una declaración de intenciones. Las relaciones entre todos sus elementos, a cual más dispar convergen en un discurso sobre la identidad de género que nos pegará a la butaca sin opción a resistencia. Muchos la amarán, otros muchos la odiarán, puesto que es difícil quedarse en un punto intermedio. Pero, sin duda, Titane no dejara a nadie impasible.

Censor, de Prano Bailey-Bond

Llevábamos ya tres películas, pero, ¿Quién dijo miedo? Aún estamos frescos. Seguimos con “Censor”, una propuesta británica de terror psicológico, ópera prima de Prano Bailey-Bond.  Ambientada en el año 1985 durante el cual Enid, censora de los demonizados video nasties, decide investigar por su cuenta la desaparición de su hermana. Si bien es cierto que se queda a medias en cuanto a la explotación del horror, creemos que Bailey-Bond centra más su interés en el eterno circulo de la violencia construida a través de los miedos personales. Contiene momentos difíciles de olvidar.

Llegados a este momento el cuerpo pide un descanso. Y eso hicimos. Nos retiramos al apartamento a descansar, reponer fuerzas y comer algo pues no solo de cine vive el hombre. ¿Creíais que estábamos listos por hoy? Pues os equivocáis. Todavia nos quedaba una última película por delante.

The Deep House, de Julien Maury y Alexandre Bustillo

Estrenamos la sala Tramuntana con “The Deep House” la nueva película escrita y dirigida por los franceses y archiconocidos en el festival: Julien Maury y Alexandre Bustillo. Después de todo lo visto durante el día de hoy, esta era la propuesta perfecta para cerrar la jornada. Una película de desconexión que simplemente te pide limitarte a disfrutar del mal rato y esperar los gritos generados por unos jump scares que funcionan a la perfección. Ideales para huir del sueño acumulado tras cuatro películas. Una vuelta de tuerca más al género de casas encantadas ya que toda la película sucede en una casa sumergida en un lago. Ritos satanicos, secuestros, sacrificios, fantasmas y found footage hacen de ella una película simple pero adictiva. Los amantes de los escape rooms pagarían lo que fuera por vivir una experiencia así.

Para tratarse del primer día no está nada mal ¿No? Tocaba irse a dormir para intentar recuperar fuerzas de cara a continuar con el periplo festivalero.

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