Diario de a bordo Sitges 2021: día 4
10 de octubre 2021, día 4
Cuarto día de festival. Todavía sobrellevábamos bien el cansancio, por lo que decidimos madrugar para acercarnos al pase despertador de las 9.00 de la mañana en el Retiro.
The Boy Behind the Door, de David Charbonier y Justin Powell
La película era “The Boy Behind the Door”, una producción estadounidense dirigida por David Charbonier y Justin Powell.

Nos encontramos con un argumento convencional pero un tratamiento realmente atractivo. Si bien no hay nada nuevo bajo el sol, la propuesta estética con la que juegan sus directores hace de ella mucho más que un survival casero clónico más. Y es que Charbonier y Powell deciden mantenerse en la difusa línea entre lo real y lo onírico en cuanto al tratamiento visual de la película, cuyo guión no abandona nunca lo terrenal a la hora de narrar una historia de tintes realmente escabrosos. La incursión de dos niños como protagonistas (excelentemente llevados a la vida por Lonnie Chavis y Ezra Dewey) juega la doble baza de aportar un componente de crudeza que suma a la tensión y a su vez permite a sus directores jugar con el punto de vista y crear atmósferas de pesadilla que juegan con colores y texturas que aparentemente no tendrían cabida en un subgénero habitualmente definido por lo árido de sus elementos. Empezamos el día con una muy agradable sorpresa casi sin pretenderlo.

Nos dirigimos a toda prisa hacia la sala Garbí del Hotel Meliá para asistir a la rueda de prensa de la serie “Historias Para No Dormir” que contaba con la presencia de sus cuatro directores, Paco Plaza, Paula Ortiz, Rodrigo Cortes, Rodrigo Sorogoyen y casi todo el elenco principal. El equipo nos comentó que una de las bases del proyecto fue que este estuviera administrado por Alejandro Ibañez Nauta, hijo del propio Chicho Ibañez Serrador. Rodrigo Cortés comentaba que Nauta les concedió permiso para elegir sus historias favoritas del gran baúl de la serie original y que más allá de sentirse abrumados por estar bajo la la alargada sombra de Chicho, se sintieron protegidos bajo el paraguas de un entorno que ellos reconocían como familiar. También se les preguntó a Paula Ortiz y a Rodrigo Sorogoyen cual era su relación con el fantástico, ya que ninguno de los dos había dirigido genero puro antes. Ambos coincidieron en que, además de contar con mas de un acercamiento al mismo en sus trabajos anteriores, siempre habían tenido ganas de, por fin, hincarle el diente a un proyecto como este y que esperan poder seguir trabajando el fantástico en futuros proyectos.
Paula Ortiz fue, además, efusivamente aplaudida cuando se le preguntó sobre el papel de la mujer en el cine actualmente. “El concepto cine de mujeres se está convirtiendo cada vez más en un concepto aterrador para mí. Nace de la necesidad de visibilizar, pero puede evolucionar hacia restringir” respondió la directora.
Eight for SIlver, de Sean Ellis

Sin tiempo para tomar aire nos acercamos a Tramuntana para asistir al pase de “Eight for Silver”, producción franco-estadounidense dirigida por Sean Ellis (Cashback, The Broken) que, a priori, podía suscitar dudas ya que no venía especialmente bien referenciada de su paso por anteriores festivales como el de Sundance.
Pero nos llevamos una más que grata sorpresa. El buen gusto por la ambientación que demuestra Ellis convierte a la clásica película de hombres lobo en una historia inquietante y cautivadora. Bien medida en cuanto a sus dosis de gore que se compaginan orgánicamente bien con momentos de clara vocación comercial. El uso de elementos clásicos a la hora de generar terror de carácter puro la convierte en una revisión del mito digna de mención. Para nosotros fue una de las sorpresas de esta edición del festival y abandonamos la sala realmente satisfechos.
Broadcast Signal Intrusion, de Jacob Gentry

Después de un parón para comer y recuperar fuerzas volvimos al pueblo para la siguiente sesión en el Retiro. Era el turno de Broadcast Signal Intrusion, una producción estadounidense dirigida por un todavía emergente Jacob Gentry.
Nosotros asistimos al segundo pase de la película (las participantes en la sección Panorama se proyectan dos veces) y veníamos algo desanimados por las opiniones recabadas en la primera sesión. Sin embargo, nos intentamos mantener optimistas y, pese a que lo que nos encontramos distaba de lo esperado, salimos medianamente satisfechos.
Y es que Broadcast Signal Intrusion no es la película de terror que vaticinaban sus avances. El aroma a creepypasta inicial se diluye rápidamente para dejar paso a un thriller paranoico y urbano muy anclado al estilo de los años noventa. Y en ese sentido si funciona bien. Cierto es que sus enigmas quedan desdibujados en busca de darle universalidad a su misterio. Misterio que en realidad corresponde a una trama algo básica enroscada entre mil y un recovecos que, a la vez que aportan carácter grandilocuente, hacen que el interés del espectador corra mayor peligro de decaer.
Si bien el nuevo trabajo de Gentry dista de ser redondo (tampoco lo era su anterior Synchronicity, pero funcionaba mas orgánicamente que este) si que funciona como curiosidad de tono retro. Una película a la que, a día de hoy, se le pueden encontrar pocos referentes parecidos.
Lamb, de Valdimar Jóhannsson

Por la noche nos esperaba uno de nuestros títulos más anticipados de esta edición. A las nueve de la noche tomábamos posición en el Auditori para ver “Lamb”, ópera prima de Valdimar Jóhannsson que, lejos de ser novato, ha participado previamente en mil y un departamentos distintos en grandes producciones de la talla de “La Guerra del Mañana”, “Prometheus”, “La Vida Secreta de Walter Mitty”, “Batman Begins” o distintos episodios de “Juego de Tronos”. Su ficha de imdb es una absoluta locura. La película tenía todos los números para no dejar indiferente a nadie.
Y así fue. Lamb no acepta medias tintas. La historia de una familia sumida en la tristeza y la desidia a los cuales la vida les depara una sorpresa que reforzará y a la vez pondrá en peligro su nuevo concepto de unidad familiar. La base puede parecer simple, pero es realmente difícil hablaros de ella sin destripar más de lo oportuno. Además, Noomi Rapace consigue con su interpretación transmitir lo más íntimo de su interior, haciéndonos participes de la mezcla de terrores y sentimientos contradictorios que se gestarán en su interior. Su ambientación, focalizada en lo mundano de una granja en medio de las neblinosas montañas islandesas se define mediante un uso del realismo mágico que parece sacado de otro mundo.
No es de extrañar y nos alegramos enormemente de que Lamb se alzara con el galardón a mejor película y Noomi Rapace con el de mejor actriz de este Sitges 2021.
The Sadness, de Rob Jabbaz

Nos quedaba el asalto final. Rápidamente de vuelta al Prado. La última del día era “The sadness” cinta taiwanesa dirigida por el canadiense Rob Jabbaz.
Esta era la película ideal para cerrar el día y un cambio de tercio realmente abrupto viniendo de donde veníamos. The Sadness venía bien referenciada de cara a los fans del gore mas salvaje y festivo. A su paso por el Fantasia film festival se había ganado el honor de ser la película capaz de herir todas las sensibilidades posibles. Así pues, afrontamos la proyección de medianoche (a las once y cuarto, eso sí, gracias a las restricciones) con ganas de jolgorio.
Lo que allí nos encontramos fue realmente grotesco. Y si bien es cierto que casi todas sus atrocidades las hemos visto anteriormente, también lo es que el tono que aporta Jabbaz -pese a no abandonar en ningún momento la festividad- la hace prácticamente única. Toda la película está cubierta de un sentimiento desesperanzador que hace que cada uno de los hachazos, tajos y laceraciones se tiñan de angustia pese a su atractivo tratamiento visual. El director reflexiona sobre la condición humana y llega a una conclusión realmente pesimista. Pero, entre tanto, se entretiene haciendo que sus infectados, despojados de toda capacidad de reprimirse, den rienda suelta a sus deseos mas oscuros y ocultos en pantalla.
Lo curioso es que, tan contraria como puede sonar, la unión entre los dos tonos funciona ya que se dejan espacio suficiente entre sí. The Sadness es posiblemente la película mas bestia de esta edición del festival, pero también hemos visto cosas mucho mas salvajes en años anteriores.