Kaidan Nobori Ryu – 怪談昇り竜 – Bilnd Woman’s Curse (1970), de Teruo Ishii
Por todos es sabido que Asia tiene un lenguaje cinematográfico muy distinto al occidental.
Japón, en su amplia expresión como cultura y particularmente su cine, es un país con una visión, un tempo, un savoir faire y unas inquietudes que poco o nada tienen que ver con las que suscitan interés en occidente. Eso se traslada también en la manera de explicar, realizar y concebir sus obras de arte, sean cuales sean los formatos en que se expresen (pictórico, interpretativo, literario, narrativo, musical, etc.) y como tal, reconocemos este abismo creativo que los separa de occidente especialmente en su manera de entender el Cine.
Hoy nos centramos en esta kaidan eiga, o Cine de Fantasmas, que lleva por título Kaidan Nobori Ryu – 怪談昇り竜 (1970) / Blind Woman’s Curse del gran Teruo Ishii, que, aunque no fue uno de los más comerciales de la Industria del cine nipón (cosa que tampoco sería de nuestro interés a la hora de valorar el cine de la Región) fue uno de los directores más transgresores de su Época. Y por eso tal vez, denostado durante toda su carrera tanto dentro como fuera de su país, posiblemente debido al género en el que se especializó su obra cinematográfica.
Teruo Ishii 石井輝男 (1-01-1924 /12-08-2005), que empezó su carrera dirigiendo las versiones del Superman nipón (Super Giant 1957-1961) y el cual alcanzó su máximo esplendor como director y guionista de obras de género eroguro como “Joy of Torture” (1968), “Horrors of Malformed Man” (1969), “Orgies of Edo” (1969) o “Hell’s Tattooers” (1969); decide llevarnos con esta joyita clásica del folklore japonés, a un universo de supersticiones y creencias muy arraigadas en la cultura nipona, que incluso hoy en día permanecen muy vivas en su sociedad en pleno siglo XXI.
Ishii nos trae una mezcla entre el eroguro soft, el kaidan y el chanbara que la hace especialmente interesante y única. En esta obra hace referencia a la creencia popular japonesa de los gatos encantados/malditos o bakeneko ( 化け猫), que en este caso tras la ingesta de la sangre de una víctima injustamente asesinada y maltratada, buscan venganza en su nombre.
Para ello cuenta con una de las actrices y artista más influyentes y conocidas de la escena japonesa: Meiko Kaji 梶芽衣子, que interpreta su único (o casi único) papel en películas de genero kaidan. Ya que su más notorio reconocimiento lo obtendría con películas exploitation interpretando a Sasori en la saga “Femmale Prisoner“. También del género sukeban como “Stray Cat Rock“, o del “Chanbara” dando voz y figura a Lady Snowblood en las tempranas adaptaciones al cine realizadas en los 70 del manga homónimo de Kazuo Koike y Kazuo Kamimura que tanto influenciaron, entre otros, a Quentin Tarantino.
La historia nos cuenta como, tras la pugna entre dos clanes rivales y la consecuente batalla a katanazo limpio en la que se enrolan, la hermana de un jefe del clan que fallece en la reyerta es gravemente herida en la cara, perdiendo la vista.
Es en ese momento, mientras la joven agoniza en el suelo, cuando un gato negro lame sus heridas transfiriéndole a través de la ingesta de su sangre parte del alma de la muchacha y de la de su hermano fallecido. El felino, junto a la joven cegada para siempre pero con vida aun, formarán un tándem letal. Iniciarán una búsqueda para consumar su venganza, ansiando encontrar y acabar con quien le arrebató la vista, acabó con la vida de su hermano y deshonró a su clan.
Para este viaje, Teruo Ishii nos lleva de la mano mezclando pulp nipón, el terror más sugerente y una estética a caballo entre el Japón feudal y el cine Negro propio de estas tierras (que haberlo haylo también), con tintes de psicodelia y gore muy sutil que la hacen una de las películas más extrañas y preciadas de la carrera de este director.
A recordar: En este eiga podemos encontrar varias de las escenas más memorables de la obra de Teruo Ishii, tanto por su contenido (decorados, atrezo, fotografía, maquillaje) como por sus interpretaciones (Meiko Kaji, Tatsumi Hijikata, Makoto Sato).
A olvidar: Que, como muchas películas de la época, te deja con ganas de más metraje.