Punto Rojo

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Alain Darborg realiza su segundo largometraje de la mano de Netflix, cinta titulada Punto Rojo.

La película nos narra la historia de una pareja que decide irse un fin de semana de montañismo. El plan: hacer una acampada en el norte de Suecia, en un lugar espectacular donde se puede disfrutar de auroras boreales. Estas pequeñas vacaciones sirven para sanar una palpable tensión de pareja. Una pareja que tiene un bebé en camino y que hace evidentes esfuerzos por hacer que su relación funcione.

Una vez acampados, tratando de recuperar el amor en medio de un espacio maravilloso (uno de los elementos más persuasivos del filme) alguien les interrumpe disparándoles sin motivo alguno. A partir de ese momento, la película se convierte en una cinta de género al uso, el filme recurre a una constante persecución donde nuestros protagonistas huirán, al parecer, de un grupo de jóvenes con los que anteriormente habían tenido una fuerte discusión. Punto rojo es una película con un primer acto sólido, la película nos plantea un conflicto conyugal que contiene un cierto interés. Existe una presentación de personajes y del espacio bastante estimulante que nos hace presagiar una atractiva película. Prevemos que la narrativa estará articulada por unos personajes solucionando sus problemas, envueltos de un ecosistema de ensueño. Pero no, lamentablemente no. La cinta acaba por ser un dispárate detrás de otro. De repente, nos encontramos en un segundo acto donde nada parece tener sentido, no entiendo el comportamiento de los personajes, ni su conducta. Me cuesta creer su toma de decisiones y también su torpe causalidad.

Tampoco acaba de convencerme esa faceta pseudofeminista que adopta el relato. Es una elección correcta – en términos narrativos- escoger a un protagonista femenino. Pues existe el elemento del embarazo, esto nos estrecha el vínculo entre espectador y protagonista, nos invita a pensar que ese instinto maternal la puede transformar, en cierta manera, en una súper heroína.

Sin embargo… ¿Por qué el hombre tiene que ser un lastre durante gran parte de la película? Pienso que Darborg podría haber buscado un equilibrio más sano en sus personajes.

Lo peor de todo, es el giro que abre el tercer acto. Cuando, de forma repentina y a través de un engaño, el espectador tiene una revelación trascendental en la trama. Es decir, a raíz de esa secuencia que cierra el segundo acto, nos adentramos en una serie de flash backs molestos e incoherentes que tratan de justificar una serie de cosas, a mi gusto, injustificables. Darborg usa una serie de trucajes narrativos que no acaban de ofrecer respuestas convincentes a todas las preguntas planteadas con anterioridad.

Torpe, muy torpe todo.

No hay nada peor que la sensación de ver una película y sentir el engaño. Veo una construcción precipitada en todos sus giros argumentales. Giros que se suponen que deben llevarnos al énfasis y a la admiración, y lo que hacen, por lo menos a este servidor, es producirnos un tremendo rechazo.

Es una pena, sí, una pena. Es una pena ver que una película que reúne todos los elementos para ser cojonuda, decide fracasar de forma tan estrepitosa a mitad de camino.

 

A recordar: el diseño de producción y sus atractivas localizaciones.

A olvidar: sus incoherencias narrativas.

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