Review de 13 Exorcismos, de Jacobo Martínez
El cine de exorcismos parece seguir siendo entendido como un valor seguro por creadores y distribuidores, pues pese a llevar años mostrando signos de fatiga y agotamiento, su producción no parece tener intención de frenar. ‘13 Exorcismos‘, de Jacobo Martinez es la nueva incursión española en el subgénero que acuñó la película más aterradora de la historia y que parece negarse a evolucionar.
Laura Villegas vive reprimida en el seno de una familia profundamente religiosa en Madrid. Una noche, tras escaparse de casa y acabar practicando una sesión de espiritismo, Laura comienza a comportarse de manera extraña. Está convencida de que un demonio la persigue para poseerla. En vista de ello, sus padres contactan con el padre Olmedo, uno de los 15 exorcistas autorizados por el Vaticano para intervenir en casos de posesiones demoníacas.
La sombra de Regan es alargada
Los guionistas de ‘Malasaña 32‘ (Albert Pintó, 2020) se alejan esta vez del terror de corte más comercial e inspirado en la escuela moderna creada por James Wan para hacer crónica de la España negra a través de diversos casos de posesiones demoniacas acontecidos en nuestras tierras. Pese a estar inspirada en hechos reales, ’13 Exorcismos’ no trata de recrear ningún caso concreto, sino que se nutre de las habituales consecuencias de esta clase de sucesos que tantas veces hemos visto anteriormente en narrativas parecidas.

Esta intencionalidad de acercar el horror al plano real y narrar a través del mismo un drama familiar de carácter represivo y prácticamente castizo es la baza más agradecida de la película. Sin embargo, su guión no es lo suficientemente sólido como para darle a esta crónica de una posesión anunciada la suficiente entidad y poso emocional para su correcto funcionamiento. La escritura de Ramón Campos, Gema R. Neira, David Orea, Salvador S. Molina, Carlos Ruano vuelve a tender a un exceso que esta vez no se corresponde con las intenciones de su historia. El componente dramático se sale de los márgenes llevándose por delante la cohesión emocional del relato, y el terror, cuando tópico, es tratado como tal.

Pese a estar inspirada en hechos reales, ’13 Exorcismos’ no trata de recrear ningún caso concreto, sino que se nutre de las habituales consecuencias de esta clase de sucesos.
A favor de obra juega la potente interpretación de su protagonista María Romanillos, a la que ya pudimos ver en ‘El Doble‘, el episodio del reboot de ‘Historias Para No Dormir‘ que dirigió Rodrigo Sorogoyen. La joven actriz consigue a partir de la contención, darle vida a un drama seco y apesadumbrado que funciona mejor en sus escalas más bajas que cuando da rienda suelta a un histrionismo propio del género. En estas mismas se mantiene también un más experimentado José Sacristan, cuya presencia eleva la película a un más alto nivel, pero su papel tampoco es suficiente como para terminar resultando memorable.
Los caminos del señor son inescrutables
Es difícil discernir cual es el objetivo real de ’13 Exorcismos’. La ausencia de novedad en un espectro que ya había sido explorado nacional e internacionalmente (prueba de ello son películas como ‘El Exorcismo de Emily Rose‘ o la más cuestionable ‘La Posesión de Emma Evans‘) descolocará al espectador que ande en busca de algo nuevo o que, simplemente, espere encontrar una voz propia. Probablemente las intenciones apuntasen en la dirección del retrato social, pero la falta de contundencia de este y un guión desdibujado hacen que resulte realmente complicado posicionarla en un terreno que exige de cierta realidad para dar resultado.
’13 Exorcismos’ es una película ideal para una tarde de terror moderado para espectadores jóvenes. Sin embargo, falla en su intento por construir algo más que lo que termina siendo un catálogo de referentes caducos y momentos demasiado anclados en el imaginario colectivo.
A RECORDAR
A OLVIDAR
A recordar: la interpretación de María Romanillos, capaz de aportar luz a un guión que hace aguas.
A olvidar: las aguas que hace el guión, y lo familiar y descafeinado que nos resulta todo.