Review de El Cuarto Pasajero, de Álex de la Iglesia
Álex de la Iglesia es uno de los creadores más importantes de nuestro cine, y no solo en lo que al genero de terror se refiere. Sin embargo, es cierto que de un tiempo a esta parte sus trabajos como director no consiguen poner nunca de acuerdo a su público y recaban reacciones realmente dispares. Su nuevo estreno, ‘El Cuarto Pasajero‘ esconde tras su sugerente título una comedia romántica disfrazada de road movie y thriller que promete contentar al gran público casual, pero que dejará con ganas de más a los asiduos a su cine.
Julián, 50 años, divorciado. En busca de apoyo económico decide utilizar una conocida aplicación para compartir coche y ahorrarse unos euros en su vuelta a Madrid tras el trabajo. Este trayecto lo realiza cada fin de semana junto a Lorena, una pasajera de la que está enamorado. Este fin de semana es el definitivo, Julián va a declararle su amor a Lorena. Sin embargo, los otros dos pasajeros, desconocidos ambos, harán que el viaje sea mucho más movido de lo que Julián esperaba.
El lado más amable de Álex de la Iglesia
La versatilidad del director bilbaíno es ya conocida por todos, del mismo modo que su exacerbado sentido del humor. De un modo natural, este siempre está presente en todas sus producciones. Sin embargo, para aquellos que disfrutan con la vertiente más negra de su comedia, la capacidad de modular del director supone todo un bajón. En ‘El Cuarto Pasajero’ nos encontramos con la vertiente más complaciente de Álex de la Iglesia. Una película que funciona a las mil maravillas planteada desde un punto de vista comercial, ya que ofrece un inofensivo humor que gustará a un amplio abanico de público.

Planteada como una screwball comedy, o comedia de enredos, lo que de verdad se esconde tras ‘El Cuarto Pasajero’ es una comedia romántica en la carretera. Y es curioso que sea, precisamente este romance, el que lastre más el resultado final. Una historia de amores aparentemente imposibles que termina sintiéndose caduca y anticuada, sobre la que se vertebra la parte más alocada de la película, pero que parece ir a un ritmo distinto que esta.

Planteada como una screwball comedy, lo que de verdad se esconde tras ‘El Cuarto Pasajero’ es una comedia romántica en la carretera
Esta dualidad entre los distintos aspectos que conforman la película parecen verse también reflejada en cada uno de los interpretes. Esto hace que un gran Ernesto Alterio sea el único que realmente parezca un personaje made in de la Iglesia. Pues, por su parte, los solventes Alberto San Juan, Blanca Suárez y Rubén Cortada se mueven en un terreno más comedido y falto de riesgo. En cambio, Alterio, ofrece un personaje tan desquiciante como fascinante y es el que nos ayuda a conectar con la parte más real de la personalidad del director que, pese a estar presente a lo largo de todo el metraje, tan solo palpita de un modo realmente natural en el desternillante tercer acto, que esta vez es, sin duda, lo mejor de la película. Lo que se sigue siendo garantía de éxito y marca de la casa es la magnifica banda sonora de Roque Baños, que a través de trepidantes melodías jazzísticas suma muchísimos enteros al ritmo de la película.
El show de Ernesto Alterio
Es sencillo presagiar que ‘El Cuarto Pasajero’ tiene números para convertirse en un éxito. Su carácter apela a las masas desde la simpatía, ofreciendo una narrativa clásica cargado de tropos tan funcionales como preestablecidos: tensión sexual no resuelta, apelación al social media desde un punto de vista prácticamente anacrónico y un tono gamberro que no haría daño a nadie.
‘El Cuarto Pasajero’ termina funcionando como una pequeña muestra de las capacidades de Álex de la Iglesia. Una película mucho más cercana a sus obras más comedidas como son ‘La Chispa de la Vida‘ o, sobre todo, ‘Perfectos Desconocidos’ pero que se aleja del liberador desparpajo de sus grandes trabajos. Un agradable entretenimiento cargado de ritmo y buenos momentos de ingenio.
A recordar: un tercer acto que se acerca más a lo que tradicionalmente esperamos de Álex de la Iglesia.
A olvidar: un romance acartonado y anticuado.
A RECORDAR
A OLVIDAR
un tercer acto que se acerca más a lo que tradicionalmente esperamos de Álex de la Iglesia.
un romance acartonado y anticuado.