Review de ‘Scream’ (2022), de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett
De nuevo han vuelto a pasar más de 10 años antes de que el pueblo de Woodsboro se volviese a enfrentar a los crímenes de su pasado. Ghostface ha vuelto, pero esta vez ha cambiado de progenitores a la vez que de generación. No es la primera vez que la saga se enfrenta a la ausencia de Kevin Williamson, pero sí a la del añorado Wes Craven. Existió un momento en el que creímos que esta, por aquel entonces imposible, quinta entrega jamás iba a terminar siendo una realidad sin el maestro del terror tras la cámara. Pero ‘Scream‘ es una saga con una capacidad de adaptación y reinvención especialmente característica y ha sabido sacar muy buen provecho de esta renovación de sangre.
Han pasado más de 25 años desde la masacre original en Woodsboro, Pero alguien está acechando de nuevo a la población. Los héroes de la trilogía original no están dispuestos a volver a ponerse en el blanco de Ghostface. Pero, como ya avisó Randy: el pasado siempre vuelve para patearte el culo.
Sangre nueva
Veinticinco años han sido los que la saga ha tardado en ceder la antorcha de la saga a una nueva generación. Una que, precisamente, creció viendo a Ghostface redimensionar el terror e influenciando el devenir del género hacia nuevos caminos. Algunos originales, otros cargados de nostalgia.

El colectivo Radio Silence, formado por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett lleva ya unos años dando guerra en esto del horror. Han jugado un importante papel en el panorama independiente formando parte de antologías tan reconocidas como ‘V/H/S’ (2012), con ‘10/31/98’ uno de los segmentos más destacados de aquella primera entrega (la saga ya va actualmente por su cuarta película) o ‘Southbound‘ (2015), que causó algo menos de revuelo en el gallinero, pero seguía siendo aterradora y realmente creativa. Pero no fue hasta su aclamada ‘Noche de Bodas’ (2019) que realmente su nombre empezó a resonar. Hasta el punto de terminar haciéndose cargo de una de las sagas más importantes de nuestra era.
Precisamente la perspectiva que su trayectoria dentro del género moderno les aporta es lo que hace de esta nueva ‘Scream’ una secuela situada por encima de las dos últimas. Su conceptualización de la situación actual del cine de terror, las modas, los tics, el ‘terror elevado’, el fandom y su repercusión no es solo una base idónea, sino que la forma en que Olpin y Gillett la exprimen hacen que la película no solo sea respetuosa con la saga original, sino también un lavado de cara necesario para que la cosa siga funcionando (no sabemos si por mucho tiempo más, eso sí, pues actualmente secuelizar la saga no parece tener sentido sin un importante lapso de tiempo entre película y película ).
Esta vez sí: nueva década, nuevas reglas
‘Scream (2021)’ es la encargada de reiniciar la saga sin despreciar ni olvidar la original. No es un reboot, es la ‘recuela’ de la que nos habla el maravilloso personaje de Jasmin Savoy Brown al tomar el testigo -absolutamente lícito- de Randy Meeks (Jamie Kennedy). Algo más cercano a lo que está haciendo Blumhouse con la saga ‘Halloween‘, pero con un resultado mucho más acertado y mejor entendido.
Los fans aplaudirán las apariciones estelares de los personajes originales. Pero esta no es la película de Sidney (Neve Campbell), Dewey (David Arquette) y Gale (Courtney Cox). Ellos están aquí para entregarle el relevo a las nuevas generaciones dándole, por fin, un cierre (posiblemente poco definitivo) al pasado. El nuevo cast tiene elecciones realmente destacables, como la de la mencionada Jasmin Savoy Brown, unos divertidísimos Jack Quaid y Mason Gooding como Richie y Chad o una especialmente sólida Jenna Ortega como Tara Carpenter. Sin embargo hay otros que pasan más sangrantemente desapercibidos como Melissa Barrera en su papel de nueva heroína al que habría que buscarle una nueva vuelta en hipotéticas futuras secuelas.
Lo que hemos aprendido
La primera entrega de la saga sin sus verdaderos padres es la muestra de que esta (y su público con ella) ya está suficientemente preparada para volar por sí sola siempre que se junte con buenas compañías. En este caso, no podría haber caído en mejores manos. La saga vuelve a tomarse lo suficientemente en serio a sí misma como para volver a ser relevante, pero no lo suficiente como para dejar de ser ‘Scream’.
Menos mamarracha, igual de divertida. Mucho más sangrienta y violenta y un homenaje con voz propia. Ha valido la pena la espera.
A recordar: Que sea la mejor secuela desde ‘Scream 2’, la más relevante y divertida desde entonces.
A olvidar: Ciertas elecciones de casting que chocan con otras especialmente destacables y algo de miedo a que el producto cada vez esté más agotado.
