Review de Todo a la Vez en Todas Partes, de Daniels
Realizar una crítica de ‘Todo a la Vez en Todas Partes’ es algo tan complejo como su cuidado guión y sus universos.
‘Todo a la Vez en Todas Partes’ cuenta la historia de una agobiada y aburrida mujer china-estadounidense de mediana edad que tiene que hacer la declaración de la renta mientras lidia con su posible divorcio y la mala relación con su padre ausente, su pasivo marido y su revoltosa hija. Todo cambia cuando algo misterioso parece abrirle un sin fin de multiversos por los que tendrá que pasar para salvar la integridad de todos ellos, incluyendo el suyo.
Todo. Todito. Todo.
Dividida en tres partes, la película empieza siendo dramática con ciertos toques de comedia. En la primera parte nos plantean una larga (pero no aburrida) presentación de personajes, definiendo bien sus objetivos, formas de pensar e ideales. Todo enmarcado por una realidad tan común como la de ir a hacer la declaración de la renta con tu gestora y sufrir el terrible sistema burocrático.

En la segunda parte se desata la locura. Entra en juego el multiverso, los saltos de realidades, las distintas versiones y sus reglas. Crear un mundo con varios multiversos, funcionales y lógicos y conseguir que el espectador no se pierda en ninguno de ellos es una ardua tarea y que la película consigue haciendo que parezca más fácil de lo que realmente es. Es más, no solo plantea las reglas del juego de forma progresiva y elegante, sino que también lo hace tremendamente divertido. Asistimos junto a Evelyn (Michelle Yeoh), su protagonista, a las abundantes posibilidades que se van abriendo a medida que avanza la trama. El film empieza a jugar con la acción más frenética, el drama más lacrimoso y la comedia más absurda para tratar temas tan personales como las expectativas paternas, las relaciones de pareja en trance, las relaciones maternofiliales o el propio sentido de la existencia; hasta cerrarlo todo con una corta tercera parte que deja al espectador ampliamente satisfecho. Los Daniels, sus directores (Dan Kwan y Daniel Scheinert) son ya expertos en tratar temas súper sensibles de la forma más loca y atrevida, como ya demostraron en su anterior película ‘Swiss Army Man’ (2016).
La única pega que se le puede llegar a poner a ‘Todo a la Vez en Todas Partes’ es que no lleguen a ahondar más en otras versiones del universo más allá de pequeños insertos, ya que es tremendamente divertido intentar adivinar el peso que puedan llegar a tener en la trama; y pasen a la parte dramática ágilmente. Pero se entiende que es más una limitación de un modesto presupuesto exprimido hasta la última gota.

“Todo a la Vez en Todas Partes” es una película sumamente original que te hace emocionarte, extrañarte, sufrir, reír e incluso llorar”
Ambos directores tienen un talento descomunal, no solo para crear una fluctuación entre planos y escenas con acertados travellings, transiciones, movimientos de cámara o trucos de iluminación y montaje, sino que también son unos maestros de la comedia visual. Es común ver cómo casi cada encuadre está planteado para generar una simpatía en el espectador. La posición de la cámara no se siente impostada en ningún momento, aunque se sitúe en sitios de lo más imposibles. Los Daniels también juegan estupendamente con el fuera de campo y los desenfoques para apoyarse en ellos y reforzar no solo la trama y la conexión con su protagonista, sino también su marcado estilo de comedia personal. Además, cada universo tiene un mundo y un estilo de dirección propio para definirlo, y los Daniels se sirven de referencias de grandes directores como Wong Kar-wai (en una de las líneas temporales, la película adapta la estética de su gran éxito ‘In The Mood For Love’ en un homenaje en absoluto arbitrario, ya que el co-protagonista de la película, Ke Huy Quan, trabajó como director en ‘2046’, la secuela de la misma) o el maestro de los wuxias, King Hu.
Pero los que están verdaderamente increíbles son Ke Huy Quan y Stephanie Hsu. El primero, que vuelve a la interpretación casi 20 años después de dejarlo, resurge como un ave Fénix y consigue desdoblar su personaje con gran habilidad. No solo su interpretación física y visceral lo demuestra, sino que incluso juega con la forma de pronunciar el texto, las miradas o pequeños gestos característicos de su personaje, Waymond, para fraccionarlo a la perfección.
Las interpretaciones son sensacionales. Cada personaje se siente sumamente real y cuenta con una gran personalidad y frescura. Michelle Yeoh lleva años demostrando su talento actoral y aquí no brilla menos. Evelyn es un personaje complejo pero que aborda a la perfección, haciéndonos sumamente partícipes de su confusión, frustración, alegría o ternura. Jamie Lee Curtis se lo pasa en grande y, aunque pueda parecer que su personaje es algo exagerado y ridículo, lo trata con tanto mimo que parece estar mimetizada con él.
Stephanie Hsu es el gran descubrimiento de la cinta. Joy tiene muchísimo peso en la trama y requería de una gran interpretación para hacerla verosímil y que el espectador empatice con ella. Hsu la interpreta con la fuerza de un tornado y agita por completo la cinta cada vez que aparece en pantalla. Es un disfrute verla totalmente al control de la situación y entregada a su personaje.
Técnicamente, no es de este universo

La fotografía de ‘Todo a la Vez en Todas Partes’ es increíble. Su juego con las innumerables luces, relaciones de aspecto, u odiseas entre los distintos universos consiguen hacer más sólido el conjunto y crear una personalidad única para cada realidad. A veces tomando prestado, de forma referencial, de otros estilos cinematográficos, o dando un color y tono especial a las distintas versiones de los mundos que están viviendo sus personajes.
Destacar también, finalmente, el increíble trabajo de montaje. Sin duda, una edición complejísima al tener que encajar todas las piezas del enorme rompecabezas que plantean los Daniels y esclarecer cada realidad y versión del presente que está sucediendo de forma simultánea en el desarrollo de la película. No solo eso, sino que Paul Rogers, el editor, consigue aportar un ritmo trepidante que no deja casi tiempo para respirar en la mayoría del metraje, aportando momentos de calma y tranquilidad y dando más tiempo en las escenas más dramáticas o existenciales, cosa que hace crecer el conjunto.
‘Todo a la Vez en Todas Partes” es una película sumamente original que te hace emocionarte, extrañarte, sufrir, reír e incluso llorar o reflexionar sobre tu propio ser y las decisiones que has tomado en tu vida (y más de una vez). Una película que deja al espectador sin respiración y aturdido tanto por su increíble derroche de creatividad, como por la agilidad de su desarrollo, que pide tiempo para asimilar lo que es la cinta: una de las mejores películas de los últimos años, de la historia de este universo y, probablemente, de todos los multiversos.
A recordar: El derroche abismal de creatividad y entrega en absolutamente todos los departamentos.
A olvidar: Que no se exploren en profundidad muchos más universos.
El derroche abismal de creatividad y entrega en absolutamente todos los departamentos.
Que no se exploren en profundidad muchos más universos.