Review de ‘Un Polvo Desafortunado o Porno Loco’

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Como esos textos en prosa libre que no se enmarcan en un género definido -que exploran en forma y estilizaciones más o menos arriesgadas y afortunadas y dialogan con la realidad de un modo casi performativo- ‘Un Polvo Desafortunado o Porno Loco’ es algo que podría aproximarse a un ensayo. O quizá un impulso caprichoso y sólo eso. Lo cierto es que a su manera la última ganadora del Oso de Oro en el festival de Berlín, deja huella.

La directora rumanesa Radu Jude explora la relación entre el individuo y la sociedad, indagando en la vida de Emi (Katia Pascariu), una profesora de instituto a la que le cambia la vida a partir de filtrarse en internet una grabación casera en la que se la ve practicando sexo. Tras la revelación pública tanto la comunidad educativa como los padres, la someterán a un “juicio” ético y moral.

Tríptico semántico libre de marca

Estructurada en episodios, como una suerte de tríptico mutable. La complejidad inherente a la semántica episódica hace que la película se rompa en cada uno de ellos. Pasando del retrato costumbrista a una especie de sátira con forma de enciclopedia cinética, que juega con el subrayado aforístico para generar rimas entre la imagen y su efecto. Para luego, resolverlo todo (si es que hay algo que pueda ser resuelto) en una fanfarria dialéctica entre profesora, representantes de la comunidad educativa y padres.

‘Un Polvo Desafortunado o Porno Loco’ es muchas cosas a la vez (seguramente demasiadas) atravesadas por un discurso intelectual potente, que bien podría ser condición de posibilidad para un desarrollo serio, sosegado y comprometido. En su lugar, Radu Jude apuesta siempre por la impostura intelectual y formal. Y bienvenida sea su apuesta.

Digamos que todo es una broma

Los conflictos son pertinentes y si hay tesis en ella y en su grotesca conclusión (que no tengo muy claro que la tenga) es que nuestra propia condición nos exime de poder resolverlos. De poder resolvernos. No hay posibilidad de encuentro, ni de arreglo. Los vicios, las rémoras y herencias sociales, los perjuicios y prejuicios… como todos los contrastes y rimas visuales de su segundo episodio, todo es conflicto y no hay nada que hacer, más que entender la semilla del conflicto como parte de la broma. Parte de lo que somos. Como cuando el conjunto de padres tras juzgar a la profesora, de repente se detienen, se giran y miran a pantalla. La broma también eres tú, espectador.

A recordar: Su mirada antropológica crítica y, de paso, su manto de espíritu transgresor.

A olvidar: Excesivamente dispersa y con demasiadas ideas.

Su mirada antropológica crítica y, de paso, su manto de espíritu transgresor.

Excesivamente dispersa y con demasiadas ideas.

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