Review: ‘Insidious: la Puerta Roja’ cierra la saga con una mirada al pasado
- Título Original: Insidious: The Red Door
- Nacionalidad: Estados Unidos
- Género: Terror
- Dirección: Patrick Wilson
- Guión: Scott Teems (Historia y personajes de Leigh Whannell)
- Reparto: Patrick WIlson, Rose Byrne, Ty Simpkins, Sinclair Daniel
- Fotografía: Toby Oliver
- Música: Joseph Bishara
- Estreno: 20 de julio
- Puntuación:

- Título Original: Insidious: The Red Door
- Nacionalidad: Estados Unidos
- Género: Terror
- Dirección: Patrick Wilson
- Guión: Scott Teems (Historia y personajes de Leigh Whannell)
- Reparto: Patrick WIlson, Rose Byrne,
- Ty Simpkins, Sinclair Daniel
- Fotografía: Toby Oliver
- Música: Joseph Bishara
- Estreno: 20 de julio
- Puntuación:

Una de las sagas de terror moderno más taquilleras (y rentables) vuelve con su quinta entrega. ‘Insidious: la Puerta Roja’ se estrena cinco años después de ‘Insidious: la Última Llave’ (2018), su cuarto y más olvidable episodio. Este tiempo ha sido más que suficiente para que la que es, presumiblemente, la última entrega de la saga (su gran éxito en la taquilla Estadounidense apunta a que esta teoría se desestimará próximamente) aproveche el factor nostalgia como broche emocional que cierra la historia de los Lambert.
Casi diez años después del segundo capítulo, la familia Lambert sigue arrastrando sus demonios pese al olvido de lo sucedido en’el más allá’. Sin embargo, el duelo y la separación harán que la familia se enfrente a su aterrador pasado para poder terminar con el horror que les persigue de una vez por todas.
Cierra la puerta a 'el más allá'

Antes de revolucionar el mainstream del genero de terror con su Warrenverso, James Wan sorprendió al público con ‘Insidious’ (2010), una modesta producción que fascinó a público y critica gracias a su fresca visión del horror paranormal y al estimulante estilo contenido en el ADN de los trabajos conjuntos del propio James Wan junto a su habitual guionista Leigh Whannell, que también apareció en la película. El proyecto tenía todos los ingredientes para convertirse en una exitosa franquicia, y así fue. Ahora, trece años después, nos llega la quinta entrega (la tercera protagonizada por la familia Lambert, los personajes originales), que se presenta como el cierre de la historia original.

Aquello que más destaca y sorprende en ‘Insidious: la Puerta Roja’ es su lado dramático, que adquiere más peso que nunca
Vivimos un momento en el que la nostalgia constituye prácticamente un género cinematográfico propio. Más allá de la añoranza por cualquier tiempo pasado que siempre fue considerado mejor, las sagas e incluso las series de televisión se auto-homenajean a si mismas continuamente echando la vista atrás con una mirada melancólica que se ha convertido en una herramienta clave para captar la atención de un espectador cada día más esquivo. ‘Insidious: la Puerta Roja’ no duda en hacer uso de esta herramienta sin pudor alguno, algo que queda más que patente en sus especialmente atractivos créditos de inicio a los que acompaña la siempre reconocible banda sonora de Jospeh Bishara, que esta vez se aleja prudencialmente de la habitual estridencia tan reconocible de sus anteriores composiciones para la saga.
Y es que aquello que más destaca y sorprende en ‘Insidious: la Puerta Roja’ es su lado dramático, que adquiere más peso que nunca hasta igualar, e incluso eclipsar en más de una ocasión al componente aterrador. Queda más que patente que Patrick Wilson se siente muy emocionalmente vinculado a la saga, pues en su primer trabajo como director, decide abrirse mostrando un apasionado cariño y respeto por uno de los personajes más representativos de su carrera (que más tarde alcanzaría su cenit al encarnar al famoso demonólogo Ed Warren, también de la mano de JamesWan). Y es que en esta entrega, la construcción del circuito emocional por el que transitan los horrores de ‘el más allá’ se cimienta en el proceso de curación y aceptación de una familia que ya e ha convertido en un icono del cine de terror moderno.
Patrick WIlson, protagonista a ambos lados de la cámara
Patrick Wilson, el que fuera protagonista de las dos primeras entregas de la saga junto a Rose Byrne se estrena en la dirección con un más que solvente, e incluso muy destacable estilo. La construcción de la mayoría de jump scares se toma el suficiente tiempo para la cocción de una anticipación gestada mediante composiciones construidas con clasicismo y una sobriedad sorprendente para la clase de producto del que se trata. Bien es cierto que el desenlace de los mismos siempre termina pecando del precipitado bocinazo sónico habitual que, si bien es efectivo, desmerece el proceso.
Este mimo a la hora de componer, y el buen gusto en la mesura de los tempos, engrandecen también un drama que se sustenta en la relación vivida en paralelo entre el propio Wilson y su ya crecido hijo Dalton, interpretado por un comedido Ty Simpkins, al que pudimos ver a principio de año en ‘La Ballena’, de Darren Aronofsky. De hecho, personajes como el de Rose Byrne, eje central de las primeras dos entregas, se reducen a papeles más bien complementarios y otros como nuestros cazafantasmas de confianza (Angus Sampson y el propio Leigh Whannell) se reducen al mero cameo. Tal vez, en lo visual, lo que más desmerecido queda es el pobre aspecto que presenta ‘el más allá’, un espacio que desde aquellos paneos en angular tan aparentemente descerebrados que nos regaló James Wan, nunca ha vuelto a lucir igual.
Este -aparente- capitulo final arriesga a la hora de ofrecer algo más que otro rutinaria entrega de tu saga de terror habitual. Sus decisiones resultarán cuestionables para muchos, pero es de agradecer que una saga de este calibre ande todavía en busca de contar historias que van más allá de lo mecánico. Tal vez la formula esté agotada, pero aún es capaz de ofrecer ciertos destellos de grandeza.
A recordar: El empeño de Patrick Wilson a la hora de ir un paso más allá tratando de no caer en la mera repetición.
A olvidar: Por momentos no consigue escapar de resultar genérica y adolecer de un inevitable desgaste.
A recordar:
A olvidar:
A RECORDAR
A OLVIDAR
El empeño de Patrick Wilson a la hora de ir un paso más allá tratando de no caer en la mera repetición.
Por momentos no consigue escapar de resultar genérica y adolecer de un inevitable desgaste.