Review: ‘Saw X’, John Kramer regresa como el icónico Jigsaw
- Título Original: Saw X
- Nacionalidad: Estados Unidos
- Género: Terror/thriller
- Dirección: Kevin Greutert
- Guión: Josh Stolberg, Pete Goldfinger
- Reparto: Tobin Bell, Shawnee Smith, Synnøve Macody Lund, Renata Vaca
- Fotografía: Nick Matthews
- Música: Charlie Clouser
- Estreno: 29 de septiembre
- Puntuación:

- Título Original:Saw X
- Nacionalidad: Estados Unidos
- Género: Terror/thriller
- Dirección: Kevin Greutert
- Guión: Josh Stolberg, Pete Goldfinger
- Reparto: Tobin Bell, Shawnee Smith, Synnøve Macody Lund, Renata Vaca
- Fotografía: Nick Matthews
- Música: Charlie Clouser
- Estreno: 29 de septiembre
- Puntuación:

Icónica como pocas, la saga Saw se ha convertido en toda una favorita para los fans. Y, pese a que secuela tras secuela la calidad de la franquicia ha ido cayendo en picado (salvo excepciones), sus estrenos siempre han sido recibidos con entusiasmo por parte de sus innumerables fans. ‘Saw X‘, de Kevin Greutert pretende ser una vuelta a los orígenes de un modo más literal que conceptual.
Los acontecimientos de ‘Saw X’ se sitúan entre la primera y la segunda entrega. John Kramer (Tobin Bell), al que el mundo conoce como el temible Jigsaw, viaja hasta México en un último intento de curar su cáncer cerebral pese a haber sido previamente diagnosticado como terminal. Un nuevo y revolucionario tratamiento experimental parece abrir una puerta a la esperanza de un hombre dispuesto a todo para vivir su vida. Cuando el tratamiento resulte ser un fraude, John -a cara descubierta- les demostrará a sus artífices que jugar con la vida humana acarrea más consecuencias de las que ellos creían.
Jigsaw al desnudo
En un momento en que las idas y venidas de la saga se han ido sintiendo cada vez más desesperadas, ‘Saw X’ trata de recuperar la esencia original adaptada a un estilo narrativo algo más actualizado. Han pasado casi 10 años desde que James Wan y Leigh Whannel revolucionaran el genero de terror y abrieran las puertas a la gran oleada de torture porn que nos llegaría tras el masivo éxito de aquella pequeña producción que terminaría multiplicando por cien su presupuesto en taquilla. Su estética sucia y su montaje pasado de rosca se convirtieron en todo un sello de identidad que, tal vez, hoy se sentiría anticuado y demasiado referencial.

Sin embargo, ese sello de identidad se ha convertido en objeto de añoranza. Si bien esta nueva ‘Saw X’ bebe más de la fuente original de lo que lo hizo la fallida ‘Jigsaw‘ (Michael Spierig y Peter Spierig, 2017), todavía sigue mostrándose algo comedida para lo que la saga nos tiene acostumbrados en cuanto a postproducción. Sin embargo, esta nueva entrega recupera a un buen conocedor del mundo de Saw como es Kevin Greutert, quien ya dirigiera la sexta y séptima entrega, muy dispares en cuanto a resultado cualitativo. Se nota la intención de recuperar la suciedad visual acorde con los niveles de brutalidad que alcanzan las trampas de esta décima entrega. Si bien es cierto que, tras ‘Saw VII‘ los siguientes capítulos se han sentido como apéndices, ‘Saw X’ parece querer situarse dentro del timeline central de la franquicia.

Se nota la intención de recuperar la suciedad visual acorde con los niveles de brutalidad que alcanzan las trampas de esta décima entrega.
Sin embargo, su identidad en forma de homenaje a su personaje principal, John Kramer, es precisamente aquello que la aleja de formar parte de los eventos canónicos. ‘Saw X’ se encuentra a medio camino entre ser la precuela de ‘Saw II‘ (Darren Lynn Bousman, 2011) y otro capitulo “de el libro de Saw”, como fue ‘Spiral‘ (Darren Lynn Bousman, 2022). Y es que, pese a que el cebo está en el morbo y la malsana curiosidad por encontrarnos con mil y una nuevas formas de desmembrar a un ser humano, el alma real de la saga está en su personaje central: Jigsaw.
En este caso, el asesino en serie que siempre negará serlo, actúa de un modo más frontal que nunca. John Kramer se muestra desenmascarado ante sus victimas del mismo modo que lo haría poco después (o antes, si nos ponemos estrictos en lo cronológico) con Eric Mathews (Donnie Wahlberg) en ‘Saw II’. Tobin Bell vuelve a hacer gala de un carisma magnético que prácticamente justifica las numerosas fallas en el discurso de su personaje. A fin de cuentas, la verosimilitud nunca fue el punto fuerte de la saga. Sin embargo, el resto del plantel se convierte en poco más que carnaza a la altura de la escritura de los propios personajes. Los de Synnøve Macody Lund y Steven Brand son poco menos que sonrojantes. Del mismo modo que lo es la apariencia de nuestra querida Shawnee Smith como Amanda Young. Por lo menos esta vez ella no lleva una gorra hacia atrás en un acto irrisoriamente desesperado por remarcar un flashback.
Lo de siempre, pero algo distinto
Si bien esta nueva entrega ofrece todo aquello que los fans están esperando, no todo llega igual de equilibradamente. Se trata de la película más larga de la saga y, es que, dentro de ella existen prácticamente dos películas distintas: la nueva entrega de la saga que todos han venido a ver y un pequeño drama exacerbado y televisivo que sirve a su mismo modo de plataforma de apoyo sobre el que cimentar este desvergonzado monumento al personaje de John Kramer. Pese a todo, el ritmo de la película no se ve perjudicado, ya que este drama viene condimentado con trazas de truculenta y retorcida perversión marca de la casa. Esta mezcla tan carente de vergüenza funciona bajo unas reglas tan impostadas como las de cualquier juego de los que presenta la marioneta Billy. ‘Saw X’ se disfruta mucho más dejando la moralidad y el pensamiento crítico que usamos en el mundo real en la puerta del cine. Pues, por debajo de la habitual y fina capa de grandilocuencia en forma de surrealista moralina, asoma la deliciosamente perversa búsqueda de la diversión más desprejuiciada.
‘Saw X’ deja claro que es otro engranaje de una maquinaria que no tiene pinta de parar. Su éxito está prácticamente asegurado, ya que los fans aplaudirán con orgullo y devoción sus momentos de perverso gore práctico y la vuelta a un momento en que todo aquello parecía fresco e incluso revolucionario. Será un (extraño) placer estar aquí para escuchar aquello de “Quiero jugar a un juego” las veces que haga falta.
A recordar: Por supuesto, las trampas más brutas que nos regalan más de un momento para cubrirse los ojos.
A olvidar: Lo inverosímil y moralmente condescendiente de su drama central.
A RECORDAR
A OLVIDAR
Por supuesto, las trampas más brutas que nos regalan más de un momento para cubrirse los ojos.
Lo inverosímil y moralmente condescendiente de su drama central.