#SSIFF69 – El Buen Patrón
Fernando León de Aranoa volvía a ponerse a los mandos después de su última aventura (para mi fallida) llamada “Loving Pablo” (2017). Aranoa, un cineasta consagrado, traía a la sección oficial de San Sebastian una comedia liderada por un pletórico Javier Bardem (un habitual en su cine). El resto del reparto no se queda corto: Manolo Solo, Almudena Amor, Oscar de la fuente… el elenco interpretativo es, sin duda, uno de los mayores activos de la propuesta.
La película nos cuenta la vida de Blanco (Bardem), un carismático propietario de una importante empresa que fábrica balanzas industriales. El objetivo de Blanco es recibir un premio local a la excelencia empresarial. Con este premio la empresa optará a un notable reconocimiento y a una serie de bonificaciones. En definitiva, Blanco trata de que la empresa funcione de la mejor forma posible para obtener esta distinción. Sin embargo, y de forma repentina, una serie de sucesos empiezan a imposibilitar que la empresa vaya como debería: su socio se está divorciando y no está centrado, la nueva becaria resulta ser algo problemática, un ex empleado le hace la vida imposible acampando en la entrada de la empresa… Todos estos inconvenientes hacen que Blanco tenga que encontrar soluciones. Estos arreglos pondrán en tela de juicio la ética y la moralidad de nuestro protagonista.
El buen patrón es una sátira excelente sobre un empresario sin escrúpulos. Es el retrato del capitalismo en su máximo esplendor. La cinta tiene una crítica social que, a pesar de hacerse evidente, funciona sin hacerse empalagosa. Es una de las mejores comedias de los últimos años. El guion de Aranoa es brillante. El tono se construye espléndidamente desde un inicio y la película tiene la suficiente mala ostia y atrevimiento como para ser notable.
La proyección a la que asistí fue una fiesta. La gente iba a carcajada limpia. “La comedia es buena si hace reír, no hay más truco” decía Alfred Hitchcock. Bueno, pues está claro que esto es una gran comedia.
El único pero que le puedo encontrar es la coherencia de nuestro protagonista. Al salir de la proyección, yo pensaba que Blanco al principio sí que tenía un cierto altruismo y una actitud en ocasiones bondadosa. No obstante, al final de la película queda claro que no. El retrato final de este personaje es el de un auténtico sociópata. Por esa razón, no acabé de entender el arco del personaje ni me acabó convencer su cambio radical durante la película. El último momento de la película, por ejemplo, requiere de una mezquindad y una apatía impropia del personaje que se nos presenta al inicio. Una impresión mía que no compartieron mis compañeros de batalla. Quizá pequé de ingenuo, o quizá Bardem es tan maravilloso que genera empatía aun interpretando un ser deplorable.
A recordar: las interpretaciones y el excelente guion.
A olvidar: algunos tópicos que, pese a entender de donde emanan, no creo que fueran necesarios.