Terrormolins2021: V/H/S 94

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El canal de VOD especializado en terror Shudder, junto a la página Bloody-Disgusting rescataron de su letargo a una de las sagas más queridas por los fans del terror independiente. La serie antológica “V/H/S“, uno de los hitos de la irregularidad que pareció morir tras su entrega más floja “V/H/S: Viral” en 2014 ha sido añorada todos estos años. Pues, independientemente de la diferencia de nivel entre sus entregas y segmentos, siempre se encuentra en ella algo a disfrutar y más de una idea a rescatar. Nos acostumbramos fácilmente a tener garantizada al menos una de estas al año.

La mala recepción de esta última entrega, que por cierto contaba con el segmento “Parallel Monsters” dirigido por uno de nuestros tesoros nacionales: Nacho Vigalondo, pareció finiquitar las andaduras de la saga. Tal vez esta solo necesitaba respirar, pues su vuelta siete años más tarde es realmente potente y constituye una de sus mejores entregas.

La edición XXL de Terrormolins, además, nos dio la oportunidad de poder disfrutarla en pantalla grande, como siempre hicimos en años anteriores. Y es que, mucho más allá de su aparente vacuidad, V/H/S siempre ha sido un desbordante festín de referencias, así que esta oportunidad única constituía la opción perfecta para inaugurar el festival.

Una de las cosas que de buenas a primeras nos sorprenden es encontrarnos con un segmento central mucho mejor construido que de costumbre. Generalmente este no es más que la excusa para enlazar mediante nieve y ruido blanco las distintas historias. Pero, esta vez, “Holy Hell” de Jennifer Reeder cuenta con una estructura clásica y mucho menos confusa. De nuevo más basada, eso si, en la ambientación sucia y neblinosa, pero efectiva y disfrutable. Tal vez constituye la menos sorprendente de las cuatro, pero, desde luego contiene ideas realmente sugerentes.

La fiesta de verdad comienza con el primer segmento individual “Storm Drain”, de una desconocida Chloe Okuno que promete muchas alegrías en un futuro. Esta historia que se ha convertido en un pequeño fenómeno viral en Twitter (no entréis en el hastag #HailRaatma si todavía no habéis visto la película) contiene un inicio absolutamente aterrador que deriva en uno de los momentos con monstruo más impactantes de los últimos años. Un concepto tan desquiciado que necesita del humor de su tramo final para hacer cómplice del todo al espectador. Momentos de found footage clásico que nos recuerdan a “El Proyecto de la Bruja de Blair” y un universo que muchos querrían ver expandido en un futuro. Impagable además su corte publicitario “The Veggie Masher”, pequeño obsequio de la mano de Steven Kostanski en forma de guiño a uno de los virales más graciosos de la historia de youtube.

Esto último sucede con más de un segmento. La saga siempre ha sido especialmente buena a la hora de generar ideas de desbordante envergadura, pero mostrárnoslas poniendo el foco en momentos más terrenales y sencillos de producir. De esto sabe mucho Simon Barrett, una de las caras más reconocibles de la saga y que lleva en ella desde el principio. Su “The Empty Wake” contiene la historia más clásica y unidireccionalmente de terror de esta entrega. Horror mortuorio que empieza pequeño para abarcar sensaciones plenamente apocalípticas. El uso de la cámara combinada con un control de los efectos que terminan resultando el mayor distintivo del segmento lo convierten en uno de los más atractivos -y un personal favorito de servidor- de esta entrega.

Pero, desde luego, el principal reclamo de este regreso es la vuelta también de una de las mayores sensaciones del terror de los últimos años. El indonesio Timo Tjahjanto nos ha dado incontables alegrías a los amantes del género en los últimos años. Y su segmento “Safe Heaven” en “V/H/S/2” se convirtió por méritos propios en el fan favoruite definitivo en el momento de su estreno. Su retorno a la saga era una gran noticia y, tal como esperábamos, su “The Subject” no decepciona en absoluto. Esta incansable mezcla de “Hardcore Henry”, “Tetsuo” y un greatest hits del videojuego “Doom” contiene los momentos más sorprendentes de la película. Desde su plano inicial uno ya no puede parar de llevarse las manos a la cabeza más que para aplaudir cada una de sus desternillantes secuencias de acción y muerte. Si en su momento disfrutasteis del desfile de abominaciones que contenía “Frankenstein’s Army” esto os va a hacer muy felices. Esta segunda incursión del director en la saga no supera a la primera, pero a juzgar por los comentarios a la salida, es el que más enamorado dejó al público.

Algo más irregular en ritmo es la última historia dirigida por Ryan Prows. Esta basa todo su encanto en un concepto absolutamente alucinante y posiblemente hubiese funcionado incluso mejor de no tratarse del fragmento final. Aun así, “The Terror” constituye uno de los segmentos más sorprendentes. Su crescendo de locura y crítica comedia de altísimo grado de acidez levantó aplausos y risas a partes iguales. Su mayor virtud, además de sus personajes que podrían protagonizar la más absurda, imposible e hipotética de las series de Shudder, es su capacidad para doblegar el mito hasta donde la lógica deja de importar y el espectáculo toma el control. El tramo con las texturas caseras más sucias y reales y la estructura narrativa más criptica y sorprendente.

Echábamos de menos la saga y echábamos de menos volver a la Peni a disfrutar de Terrormolins y su público. Que ambos regresos se diesen la mano terminó resultando un evento único. Y a su vez la mejor manera de presentar la entrega más solida de un icono que esperamos que, de nuevo, vuelva a su formato anual. Por que nos hemos vuelto a acostumbrar.

A recordar: la vuelta más satisfactoria posible de una saga que se fue dejándonos con un sabor agridulce.

A Olvidar: Que, de nuevo, se vaya a oír hablar muy poco de ella en nuestro país.

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